El presente artículo es de libre
circulación y contiene ideas personales, muy discutibles, debatibles y
rebatibles por cierto, que pretenden encender la mecha de nuestros más ocultos
pensamientos filosóficos y humanísticos, y despertarnos del letargo observacional
de nuestra comodidad y conformismo en el cual estamos sumidos o que hemos adoptado por voluntad propia o
forzada, y llevarnos hacia los más recónditos y encendidos debates y
comentarios sobre la razón de ser de la vida en sociedad y su desarrollo a lo largo de nuestra
historia, entre las que se encuentra el tema de la universidad.
En el desarrollo del mismo, se procura
utilizar algunos principios, que creo yo, son de vital importancia para llegar
a buen puerto. Entendiéndose la palabra PRINCIPIO, en mi opinión personal, como
una “Ley natural que ningún ser humano
puede controlar ni modificar”. Algunos de estos principios mencionados sin
orden preferencial, son:
1.
Principio
de la Racionalidad
2.
Principio
de la Familiaridad
3.
Principio
del Equilibrio
4.
Principio
de la Autoridad
5.
Principio
de la Gradualidad
6.
Principio
del Buen Orden
A.
HISTORIA:
El hombre fue
creado por Dios a su imagen y semejanza y lo colocó en la tierra para la
extensión de los principios divinos, su desarrollo personal y realización en
sociedad. Todo ser humano tiene derecho de habitar en el planeta y administrarlo
racionalmente. En tales hechos se origina el derecho a la vida y la búsqueda
del bien común. Constituye un derecho igualmente inalienable su aspiración a
contar con un trabajo digno, haciendo suyos sus frutos y adquiriendo propiedad
para sí y para sus herederos teniendo como fin la mejora de su calidad de vida
y el cumplimiento de sus sueños.
El creador dotó a
cada persona de características propias acordes con la imagen y semejanza comprendida
en la doctrina cristiana que el Creador personificó, posteriormente, en la
persona de su hijo Jesucristo, tales como la Dignidad. El humanismo cristiano
establece que todas y cada una de las personas somos seres humanos únicos e
irrepetibles y que nos reconocemos iguales por haber sido creados a imagen y
semejanza de Dios. Por ello, consideramos a la persona como el centro de la
sociedad y como un ser anterior y superior al Estado y al que la economía debe
servir. Reconocemos en cada persona derechos fundamentales que respetar. Esta
misma descripción e identificación que se hace con las personas puede
extenderse a la unicidad y funcionalidad de cada Sistema, Planeta, Continente,
País, Sociedad e Institución donde se encuentra la Universidad. Podemos hallar
rasgos semejantes entre los Sistemas, Planetas, Continentes, Países, Sociedades
e Instituciones como ocurre con las personas, pero cada uno es único e
irrepetible.
Las personas somos
seres sociales. Nacemos en una familia, vivimos en una comunidad, participamos
de múltiples organizaciones a lo largo de nuestras vidas. Algunas de esas
instituciones, como la familia son organizaciones naturales de protección y de
liderazgo paternalista. La consideramos la base fundamental de la sociedad
porque allí se forja la personalidad y allí construye el ser humano las
relaciones interpersonales que lo signan por siempre. Otras, son
instituciones jurídicas que representan imperfectamente a la sociedad. A unas y
otras las denominamos Organismos Intermedios.
En ese contexto es
que nace esta idea, donde defino las etapas de la vida de una persona y
extendido posteriormente a una institución y una sociedad.
Existen muchas
teorías filosóficas, científicas y humanísticas que definen las etapas de la
vida de una persona. Sin embargo, quien escribe, las define en los siguientes
términos: “Las etapas de la vida son: la Niñez, la Juventud, la Adultez, la
Ancianidad y la Sobre Ancianidad” cada una con sus características inherentes y
funcionales, así como sus propósitos.
La Niñez es el futuro que ve y observa el
presente y la adopta, voluntaria o
forzada, para sí, la Juventud es el
presente que construye y vive los instantes muchas veces sin razón ni
consciencia de lo que hace, la Adultez
es el primer momento del pasado en el cual imperceptible e irremediablemente se
cosecha lo sembrado en su presente, la Ancianidad
es el segundo momento del pasado que mira con añoro el primer momento y el
presente que dejó, y espera el fin de su vida, y la Sobre Ancianidad el tercer momento del pasado que ha sobrepasado el
estado natural de vida, y que reflexiona sobre su por qué y actúa en base a su
respuesta. A diferencia de las teorías filosóficas, científicas y humanísticas
estas definiciones no tienen orden cronológico ni orden histórico, pues más
bien son de características no estáticas y dinámicas. Además pueden ser
extendidas a entidades institucionales y sociedades, así como a regiones
geográficas y sistemas universales. En todas y cada una de estas etapas pueden
distinguirse tres niveles de voluntades: la voluntad personal, la voluntad
profesional y la voluntad política, entendiéndose la voluntad como los
criterios y las decisiones que se adoptan libre o forzadamente utilizando
nuestro libre albedrío. En el nivel personal somos responsables de lo decidimos
como ser humano, en el nivel profesional somos responsables de lo que hacemos con
nuestra decisión, y en el nivel político somos responsables de lo que
administramos como persona y profesional. Asimismo esto se extiende a las
instituciones y sociedades, las cuales también tienen dichas voluntades
expresadas y representadas por las personas que intervienen en ellas.
En ese sentido,
entonces, la Institución y la Sociedad es el reflejo de nuestras voluntades.
Por lo tanto es válido afirmar que la Universidad y la Sociedad es el reflejo
de nuestros deseos y de nuestro destino. Y que las etapas en las que actualmente se halla inmersa son las mismas
etapas por las que están pasando sus dirigentes y sus integrantes.
De modo que la Sociedad
y la Universidad que queremos es lo que realmente queremos para nuestras vidas
todos los líderes e integrantes de ellas. Por lo tanto centrémonos en lo que
queremos ser como persona, como profesional y como político.
Como
Persona, nuestros mayores deseos giran en torno a la
satisfacción y a la felicidad. A la
sensación de sentirnos protegidos y seguros para actuar con libertad a favor de
nosotros mismos, nuestro entorno más cercano, que es la familia, y la de poder
servir al prójimo, y en general a nuestros semejantes, en beneficio de la
sociedad.
Como
Profesional, nuestros mayores deseos es poder laborar y
desarrollarnos intelectualmente con el fin de servir efectiva y eficazmente en
el desarrollo y crecimiento de nuestra sociedad para que sus integrantes alcancen
las mismas condiciones de satisfacción y felicidad que nosotros, por ello la
importancia de la Universidad como ente principal de la docencia y de la
enseñanza de modelos de vida.
Como
Político, nuestros mayores deseos es la de administrar
justiciera y equitativamente los
recursos que poseemos, entre los cuales tenemos el tiempo, la familia, el
dinero, la propiedad, y la naturaleza, proveyendo para ello escenarios de
libertad, de confianza y de libre albedrio a fin de que cada integrante de la
sociedad se aboque en la búsqueda de su verdad, de su satisfacción y de su
felicidad.
Por lo explicado, entonces la Sociedad y la Universidad
personalizada, profesionalizada y politizada que queremos, debe perseguir y
desear los mismos sueños y las mismas aspiraciones que tenemos nosotros como
personas.
Es decir la
Sociedad como Persona, debe girar en torno a la satisfacción y a la felicidad de sus integrantes. A la
sensación de sentirse protegido y seguro para actuar con libertad a favor de la
misma sociedad y de otras sociedades de su entorno más cercano, a fin de
desarrollarse y asegurar una convivencia pacífica y armoniosa entre los pueblos.
Como Profesional, la sociedad debe permitir el desarrollo intelectual de sus integrantes a fin de que
se alcance un mayor nivel de servicio efectivo y eficaz en el desarrollo y crecimiento de sus
integrantes y se generan nuevos y mejores modelos de vida. Como Político, la sociedad debe procurar la administración
equitativa de justicia y la supervisión
y control del Estado, así como la erradicación de todo acto de corrupción.
En el caso de la
Universidad como Persona, debe ser el centro de la comunicación de ideas
entre sus integrantes en áreas filosóficas, científicas y tecnológicas a fin de
satisfacer y dar respuestas a las diferentes interrogantes y curiosidades que
la sociedad tiene sobre la vida. Como
Profesional, la universidad debe desarrollar y promover e incentivar la
investigación como razón de ser. Estas investigaciones tienen que estar
relacionadas con el desarrollo y crecimiento de la sociedad. Como Político, la universidad es el
paso inicial obligatorio que debe seguir y regir la actividad política
nacional, en donde se demuestre la eficacia y la efectividad de la
administración de los recursos universitarios amanera de un pequeño Estado, por
ello se justifica su autonomía.
Puesto que nuestro
primer liderazgo ocurre en el escenario familiar, entonces la Sociedad como la
Universidad debe verse como una familia donde las Leyes giran en torno a los
Principios de Autoridad Familiar, que emana naturalmente de los padres de
familia, de modo que, en pleno siglo XXI, la Sociedad y la Universidad que
queremos debe tener como base la conformación fuerte y sólida de valores y
principios familiares, cuyo fin supremo es la de satisfacer las necesidades y
el desarrollo gradual de sus integrantes.
La vida en
sociedad exige la vigencia de un orden en las relaciones humanas que permita la
convivencia en paz y armonía. Para cumplir tales propósitos los seres humanos
ceden parte de su libertad individual en un contrato social que contiene las
reglas que constituyen los ordenamientos social, político y económico. Dichos
ordenamientos que deben ser respetados por todos sin excepción son
administrados por un ente que representa a la sociedad y que se denomina
Estado.
Como es lógico, en
la medida que las instituciones jurídicas representan a mayores grupos humanos,
se van alejando de la base de la sociedad. Por ello, es necesario que el poder
sea descentralizado y compartido. Los que conformamos la Sociedad y la
Universidad debemos procurar ordenar ese poder en base al principio de la PATERNIDAD
FAMILIAR, que preconiza lo siguiente: “el organismo mayor hace su parte y el
organismo menor la suya cada una con sus responsabilidades subyacentes y que el
organismo mayor no haga lo que puede hacer el menor”.
La evolución y
desarrollo de las personas se sustenta en el ejercicio de la libertad y en su
aceptación dentro de la sociedad en su conjunto, pudiendo sus principios e
ideales aunque contrarias a las otras personas ser rebatidas con racionalidad y
respeto. Sin embargo, la evolución de la especie humana ha provocado
desigualdades que impiden el desarrollo de algunos segmentos de la sociedad.
Esa situación genera la obligación moral de los más fuertes de asistir a los
más débiles en ejercicio del principio de familiaridad y solidaridad, que en
ningún caso limita la libertad individual.
Cuando la sociedad
no acude en forma directa en auxilio de los más necesitados, el Estado tiene la
obligación de hacerlo en ejercicio del principio de suplencia.
Adicionalmente,
los desequilibrios sociales deben ser superados mediante la aplicación de
criterios de justicia social. La justicia social es la búsqueda del
bienestar general del cuerpo común del que todos formamos parte. Ello
constituye el bien común. Así, para el que escribe, la justicia social es la
búsqueda del bien común, es decir, la realización y satisfacción de todas
y cada una de las personas dentro de la Sociedad o de la Universidad, según el
contexto. Así como no podría afirmarse que una persona está sana si tiene
algunos órganos enfermos; no se entiende el bienestar general si algunos y
peor, si muchas personas no gozan de tal satisfacción y bienestar.
El progreso del
hombre se produce en espiral y exponencialmente. Ello significa que
existen períodos de franco progreso y otros en los cuales se cometen nuevos
errores que aparentan retroceso pero que como etapa sitúan al hombre en un
estadio superior. El proceso como conjunto implica la evolución de la
persona individual y el progreso de la comunidad como generación, de ahí que
exista una responsabilidad individual y una generacional que compete a cada
persona.
La responsabilidad
solidaria es por tanto irrenunciable para la persona que vive en sociedad. Más
aún es deseable, en la medida que se comprenda que genera una suma entre
el que da y el que recibe. Por ejemplo: las empresas requieren de los
consumidores para la colocación de sus productos, los cuales a su vez requieren
tener capacidad adquisitiva, la que se origina en el fruto de su trabajo,
ejercido principalmente en las empresas.
De ahí las
cualidades dignificadoras del hombre y dinamizadoras de la economía que tiene
el trabajo; las primeras porque le permiten cubrir parte de su responsabilidad
solidaria con la sociedad y las segundas porque viabilizan el flujo de bienes y
financiero. Por ello la tensión empresario – trabajador no debiera
devenir nunca en conflicto sino en concertación para lograr que ambos esfuerzos
se sumen en aras del progreso social.
El mundo actual es
uno abierto, global e interdependiente. Valoramos el proceso de la
mundialización porque permite la libre movilidad de las personas, bienes y
capitales, acerca el conocimiento a mayores segmentos de población, rompe
distancias entre los pueblos y reduce el tiempo necesario para equilibrar los
niveles de desarrollo de los países.
Ese proceso debe
permitir no sólo el reacomodo de las sociedades sino también al interior de
éstas de sus clases sociales buscando un nuevo equilibrio que les posibilite
una convivencia armoniosa, pacífica y confiada cuyo fin sea la mejora de la
calidad de vida. El tránsito de sociedades cerradas a sociedades abiertas debe
ser gerenciado y administrado de cara a
los valores permanentes y a los principios universales.
La utilización de
la ciencia y la tecnología al servicio de los objetivos descritos es
imprescindible. En ese sentido, instrumentos como el planeamiento estratégico,
la comunicación en tiempo real, la cibernética, la biotecnología y las ciencias
económicas y sociales deben responder y ser aplicadas para el servicio del
hombre.
Como
previsiblemente la ciencia y la tecnología modificarán las formas tradicionales
de producción y permitirán mayor disponibilidad del tiempo individual y
colectivo, constituye un desafío y una oportunidad destinar el tiempo al
desarrollo espiritual y al cultivo del alma. El impulso a la cultura, al arte,
al deporte y el fortalecimiento de la familia donde la mayor presencia de sus
integrantes en el hogar deben ser privilegiados, estando los padres en la base
de sus actividades como símbolo inherente de protección y de ejemplar virtud.
Rescatamos el
valor integral de la globalización y en cambio consideramos insuficiente la
noción puramente economicista de la globalización, entendida
exclusivamente como la apertura comercial y libre tránsito de capitales.
Por ello, en medio de esta realidad mundial contemporánea, reconocemos el valor
de la universalización de los derechos humanos y los mecanismos internacionales
de protección, pero, rechazamos la pretensión de homogenizar culturalmente todo
el universo. Creemos en la identidad de las naciones y dentro de ellas en la
convivencia armónica de identidades, costumbres y tradiciones locales. Es
indispensable, sin embargo, construir un proyecto nacional de bienestar común
para lograr la evolución armónica y superar el conflicto de las
civilizaciones que tiende a dividir el mundo y a las naciones y que
amenaza la paz. Todas las formas de intolerancia y violencia,
especialmente las expresiones del terrorismo familiar (contra el niño,
adolescente y la mujer), nacional o
internacional merecen nuestro repudio y deben ser combatidas hasta su total
erradicación.
Las personas
dentro de la Sociedad y en especial los que conformamos la Universidad tenemos la obligación de proponer a nuestros
compatriotas el diseño y construcción de una visión que recoja nuestras
creencias y nuestras esperanzas. Ese sueño debe convertirse en el plano de
referencia para hacer de nuestra Nación un modelo humanista de convivencia
armoniosa y pacífica.
Finalmente, es
necesario mencionar que para lograr el éxito requerimos que nuestro cuerpo,
nuestra mente y nuestra alma, es decir, la unidad física y espiritual que
somos, se ponga al servicio de nuestro objetivo supremo que es la realización
del ser humano.
B.
VISIÓN DEL PAÍS:
Mi visión personal sobre la nación
peruana es la siguiente:
Vivimos en una nación
gobernada por gente honesta, alegre, contenta y satisfecha por lo que hace,
confiada en las personas e instituciones públicas y privadas, donde los núcleos
familiares viven en armonía, no hay analfabetos, las personas pueden transitar
por las calles caminando o usando un transporte público o privado, a cualquier
hora de la noche, sin ningún peligro para conversar y divertirse, ir algún
centro asistencial, educativo o
comercial, y en los muchos centros de trabajo se laboran en los tres turnos
para producir productos de uso y consumo interno y externo. Vivimos en un país
donde se respira paz y armonía sin ninguna clase de contaminación, donde
convive la justicia, la equidad social y económica, sin ninguna clase de
discriminación racial, sexual, física ni de credos.
Para ello, creemos en un
nacionalismo protectoral con un desarrollo a escala humana y justicia social en
un estado descentralista para formar una nueva república, donde se valore nuestro pasado, por su aporte civilizador,
siendo el Perú una continuidad histórica. Reconociendo las culturas
prehispánicas y el mestizaje como fuentes inspiradoras de nuestro nacionalismo
androcéntrico (defiende las libertades de los hombres sin proteger explìcitamente las de las mujeres), que en el Principio de Género se
corrige, sin menoscabar los Principios Universales que Dios estableció y
determinó. Donde se desarrolle la sociedad peruana generadora de riqueza con
equidad y modernidad, con la creación de empresas estatales y cooperativas estratégicas,
aprovechando nuestra ubicación ecológica, singular y privilegiada a nivel
planetario y en base a nuestra megadiversidad de recursos naturales de alto
valor; donde el Estado moderno, debe constituir el motor de desarrollo y ser el
auténtico defensor de nuestros intereses nacionales soberanos.
Asimismo que el estado, la
sociedad y en particular la Universidad, deben desarrollar un “Proyecto
Nacional”, singular e histórico, en base a objetivos nacionales para establecer
políticas de Estado a largo plazo, respecto al empleo, tecnología, inversiones
nacionales y extranjeras, fomento de la producción, apoyo a la pequeña, mediana
y gran empresa nacional, Reforma del Estado y de la Administración Pública,
políticas sectoriales en la agricultura, pesquería, industria, uso de los
recursos naturales, turismo, minería, hidrocarburos, electricidad,
telecomunicaciones, agua transporte, vivienda, salud, seguridad social, educación
para todos y de calidad, todo ello en un ámbito de protección y confianza entre
los protagonistas. Esto conllevará en el mediano y largo plazo a diseñar,
construir e implementar una sociedad del conocimiento, sustentada en una
universidad del conocimiento donde se revalorice el Capital Intelectual inmersa
en ella. Por ello el rol de la Universidad dentro de la Sociedad debe ser
protagónica y no meramente observadora del destino nacional.
Puesto que la institución es
el reflejo de las voluntades personales, profesionales y políticas de sus
integrantes, entonces se requiere que sus directivos sean investigadores
voluntarios e innatos que sepan gobernarse y administrarse primero a sí mismos
y luego que sepan administrar y gobernar gradualmente a sociedades de distintas
dimensiones, desde una familia hasta una nación, pasando obviamente por la
Universidad.
Somos una sociedad
multiétnica, pluricultural y mestiza, donde debe haber respeto y mayores
oportunidades para todos los que forman parte de la sociedad peruana. Promover
“Fronteras Vivas”, establecer una política cultural interna y externa en
beneficios de los peruanos residentes en el extranjero. Esto mismo ocurre al
interior de la universidad, por lo que ella también debe promover el respeto
entre sus integrantes, las fronteras vivas entre sus facultades y unidades
académicas que beneficien a toda la comunidad universitaria.
Así como la inserción del Perú
en la globalización, debe asumirse con vocación humanista, identidad,
desarrollo, integración nacional, capacidad, calidad y creatividad competitiva,
para garantizar mejores condiciones y beneficios a los peruanos, la Universidad
debe insertarse al interior de las actividades científicas, tecnológicas y sociales con vocación
humanista e integradora, con capacidad, calidad y creatividad competitiva a fin
de garantizar mejores condiciones de vida para la sociedad.
C.
CONCLUSIÒN
Consecuente con lo declarado en
el presente artículo la Sociedad y la Universidad que queremos tienen que ver
con el estilo de vida que queremos para nosotros mismos y para nuestro entorno
más cercano, nuestra familia y como la institución es el reflejo de las
voluntades personales, profesionales y políticas de sus integrantes y sobretodo
de sus dirigentes, entonces el Rector que queremos tiene los mismos requisitos
que nosotros debemos cumplir. La Sociedad y la Universidad como un mini Estado
así como sus dirigentes deben procurar ser como un estado de identidad nacional, democrático, humanista,
participativo, pluricultural, multiétnico, promotor, solidario y descentralista,
en todas sus actividades y decisiones propias y que en conjunto con otras
instituciones de similares estructuras deben contribuir en la creación en el
país una verdadera cultura humanista perfectamente diferenciada de las
propuestas políticas tradicionales, planteando las siguiente tesis:
Primera: El objetivo principal del
trabajo universitario es la lucha por la construcción de una Universidad Protectoral
de identidad nacional, democrático,
humanista, participativo, pluricultural, multiétnico, promotor, solidario y
descentralista, garante de los derechos políticos, económicos, sociales y
culturales de la comunidad Universitaria.
Segundo: La Responsabilidad histórica
de la UNIVERSIDAD PERUANA es trabajar por el desarrollo de una sociedad peruana
moderna, integracionista y tolerante, convocando a la conformación de un frente
amplio de investigación con miras a crear una Universidad del Conocimiento
donde se desarrolle la Economía del Conocimiento como base de una Sociedad del
Conocimiento, resultado de un gran acuerdo con las fuerzas políticas
progresistas e innovadoras, trabajadores, técnicos, profesionales, empresarios,
escolares, universitarios, organizaciones sociales y populares y de la sociedad
civil en general, que asuman la obligación de construir una Democracia integral
Plural y Participativa con Justicia Social.
Tercera: El Compromiso prioritario de la
Universidad es trabajar con los sectores sociales, productivos, intelectuales y
del pueblo, excluidos, marginados, discriminados, lo que no son considerados en
el modelo neoliberal, de acumulación parasitaria y contrario al interés
nacional.
Cuarta: Promover una auténtica
Reforma Educativa Básica Regular y Superior, priorizando fundamentalmente la Investigación
y la producción de conocimiento científico, tecnológico y de ciencias sociales,
para tener bienes y servicios de calidad; una distribución equitativa de los
ingresos, con acceso universal y gratuito, sin discriminación, especialmente de
los niños y adultos en extrema pobreza; desarrollando un compromiso de
solidaridad compartida para alcanzar los propósitos sociales del país. Así como
el control y regulación de las instituciones públicas locales, regionales y
nacionales.
Quinta: Desarrollar la política
nacional de defensa y protección de los recursos naturales, integridad del país
y protección del trabajador y de la población en general, frente al abuso de
libre mercado, fortaleciendo la capacidad reguladora y productiva del Estado,
que permita detener la indiscriminada e incondicional carrera privatizadora y/o
monopolizadora, sobre los recursos naturales estratégicos. Así como la
aplicación correcta y justa de la Ley de Oferta y Demanda y de la Libre
Competencia.
Sexta: Velar por el respeto absoluto
a los derechos de los trabajadores al interior de la Universidad y de la
Sociedad, promoviendo más y mejores empleos productivos, para erradicar el
desempleo y subempleo.
Séptima: Desarrollar políticas de
inversión, mecanismos de apoyo comercial y financiero, capacitación y
asistencia técnica para el desarrollo prioritario agropecuario e industrial,
fortalecimiento la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, con cadenas productivas y
tecnológicas, por tener gran capacidad de generación de empleo y permitir la
democratización de la estructura productiva del país.
Octava: Luchar contra la corrupción
al interior de los claustros universitarios, velar por la defensa de la verdad
y la justicia en materia de Derechos Humanos.
Novena: El inicio de una verdadera refundación
de la UNIVERSIDAD y de la SOCIEDAD se hará efectivo mediante el desarrollo y
ejecución de un Plan Estratégico Institucional que convertirá a nuestra Sociedad
y a la Universidad en una alternativa de gobierno participativo con
responsabilidad social y democrática.
D.
VISION INTERNACIONAL:
Mundialización y
Globalización, dos aspectos de una realidad internacional. El primero marca el
nuevo periodo histórico y, el segundo, la etapa que vivimos. La primera, está
referida a la creciente humanización de los crecimientos, cultura, civilización
y capacidad de intervención en la evolución; y. la segunda, al surgimiento de
un mundo unipolar.
Desde 1991, vivimos la etapa
de la globalización, que marca el fin de la Era Bipolar, que enfrentaba al
sistema socialista y capitalista. Ambas formas sociales han sido asimiladas
para el desarrollo y progreso de las sociedades; y, actualmente ha surgido un
sistema mixto, que establece la convergencia de dos vías a una sociedad.
La globalización
corresponde a la etapa de post
Guerra-Fría, que se manifiesta como un mundo unipolar liderado por los Estados
Unidos y, por otro lado, el desarrollo de integraciones regionales; las que se
expresan con las manifestaciones siguiente:
EN LO ECONÓMICO: No hay una confrontación
entre las grandes potencias por sus zonas de influencia, ya que estas resuelven
sus contradicciones por la vía de la negociación en el “Grupo de los 8” ò en la
reuniones anuales de Davos (Suiza), de la Organización Mundial de Comercio
(OMC) y en otras esferas, internacionales, excluyentes de los demás países.
En este contexto, se ha
establecido una estructura de redes comerciales y políticas bilaterales de
negociación con el predominio de un sistema financiero basado en
derivadas. Para la UNIVERSIDAD, impulsar
el avance civilizador significa fortalecer las estrategias de integración en
base a la productividad y la simetría, superando lo especulativo, parasitario y
destructor de las economías nacionales.
EN LO POLÌTICO: Se pone en marcha una cierta
democracia con rasgos occidentales y
orientales, con Unidades Académicas, Consejos Universitarios y Asambleas
Universitarias con equilibrio de poderes; elecciones universales, grupos
políticos democráticos al interior de la Universidad, defensa de los derechos
humanos, libertad de expresión y de cátedra y un estado de derecho entre todos
sus integrantes.
La UNIVERSIDAD PERUANA, tiene
el deber de democratizar estas conquistas, para beneficio de todos los universitarios
y así su aplicación sea más auténtica.
EN LO CIENTÌFICO –
TECNOLÒGICO:
Existe un desarrollo cada vez más y de mayor profundidad acelerados a mediados
de la década del 70 (Siglo XX), en los campos de la era espacial y nuevas
fronteras tecnológicas aplicadas al conjunto de actividades humanas. La
concentración de patentes en pocos países y las grandes inversiones destinadas
para afianzar el predominio del conocimiento, son un factor decisivo del
progreso y generación de riqueza, como también lo es de dominio y exclusión.
Para la UNIVERSIDAD PERUANA, superar la brecha científica y tecnológica y a su vez superar la brecha discriminativa
entre Instituciones Educativas estatales y privadas es un reto institucional.
Los países que lideran el
mercado mundial proclaman la libertad de comercio aunque modifican aranceles
para defender sus economías e internamente otorgan subsidios a sus productos
agrícolas, para que se favorezcan y hacer de los países en desarrollo,
importadores de productos industrializados, de inversiones, de tecnología, de
armamento e inclusive de alimentos. Para las sociedades de las grandes
potencias, se tiene un diseño y una práctica económica de amplio beneficio y
opulencia; en cambio, para los países pequeños y medianos, se pregona las
bondades de un “modelo neoliberal” que sus economías, se aplica verticalmente,
con resultados nefastos. En las sociedades desarrolladas los paradigmas del
neoliberalismo no se aplican, ya que están reservados para los países en
desarrollo. El “modelo neoliberal” que se aplica desde 1980, sustenta
paradigmas y recetas ya agotadas.
La aplicación del “modelo
neoliberal” diseñado por la oligarquía financiera internacional e impuesto por
el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, conllevan a la
privatización de la empresas públicas en los países pequeños y medianos, para
enriquecerse y beneficiar a sus sociedades. El pago de la deuda externa, la
reducción del aparato estatal y de la inversión destinada al desarrollo de una economía física e
infraestructura e incluso la atención de los sectores populares, son mecanismos
y expresión de estos intereses. La pavimentación ha contribuido mucho a
propiciar la corrupción y trae consigo desocupación, despido masivo,
inestabilidad laboral y el crecimiento de la pobreza.
La división internacional del
trabajo, establece condiciones para que los pequeños y medianos países
profundicen su dependencia y prosigan su condición de exportadores de materias
primas y de algunos productos con valor agregado. De esta forma, el Perú desde
la conquista española en el siglo XVI
hasta el presente, sigue siendo solo exportador de materias primas.
La globalización beneficia a
las grandes potencias y compañías multinacionales, lo que es rechazado
anualmente por el llamado “FORO DE PORTO ALEGRE”, donde a su vez, los gobiernos de países como los
nuestros, han venido dejando de lado al sector estatal, la educación de calidad
y la defensa de sus recursos naturales. Esta situación ha dado lugar a niveles agudos de confrontación,
desde el 11 de setiembre del 2001, donde Estados Unidos y otros estados
acentúan
Tendencias belicistas e
internacionalistas, pasando por encima de las decisiones del Consejo de
Seguridad de la ONU, en oposición al orden jurídico internacional.
La globalización, está
orientada a la relación del dominio del planeta, hacia lo económico y la cultura,
que concibe al hombre como un "homo económicus" - concepto utilizado en la escuela neoclásica de economía para
modelizar el comportamiento humano. Esta representación teórica se comportaría
de forma racional ante estímulos económicos siendo capaz de procesar
adecuadamente la información que conoce y actuar en consecuencia.
La mundialización es una
realidad inevitable del progreso humano y que en esta nueva etapa de
acumulación capitalista, predomina el beneficio de las grandes potencias, pero
en este contexto, de acuerdo a cada sociedad y su clase dirigente, se ha hecho posible el logro de
avances en el desarrollo, bienestar y progreso humano.
En este panorama
internacional, La UNIVERSIDAD PERUANA, propone adoptar nuevas relaciones educativas, financiero, tecnológicas
internacionales y una política de bloques, fortaleciendo la integración
latinoamericana.
La participación autónoma de
las Universidades Peruanas y de sus pares de los países de América Latina, en
la investigación y creación de conocimientos con los países que lideran en el
mercado mundial, conduce los diversos compromisos que permiten una inserción más
creciente en el mercado mundial y la integración civilizadora, para efectos del
área del Libre Comercio de las Américas (ALCA), ATPDA, TLC; donde los asuntos
de controversia deben ser aprobados en referéndum y no por los gobiernos de
turno.
La UNIVERSIDAD PERUANA, concibe modernizar la investigación y el
conocimiento a nivel latinoamericana, buscando alternativas para insertar a la Universidad
Peruana de manera conveniente en la globalización, elaborando Modelos Educativos
y Económico productivista de alto valor agregado y de capitalización nacional alternativo al
modelo neoliberal.
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